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En Mónaco, estas fechas están dominadas por los actos benéficos, la intimidad más absoluta, los espectáculos de gran gala y un «imprevisto» popular, con baño principesco incluido. Alberto II y la Princesa Charlene comenzaron el «prólogo» de las fiestas con dos grandes viajes a África del Sur (para pasar unos días en la intimidad con la familia de la princesa), seguido de una escapada turística al Tibet.

De vuelta en Mónaco, la pareja lanzó la Navidad con el Príncipe disfrazado de Papá Noel, entregando regalos en una residencia de ancianos en Cap Fleuri y Cap d’Ail. Cumplido ese primer rito, Alberto participó en una fiesta «solo para hombres» en el Hôtel de Paris, en compañía de su sobrino, Andrea Casiraghi. Las cenas de Nochebuena y Navidad se celebrarán en familia. Pero las celebraciones públicas continuarán el martes 27, con la presentación, en el Forum Monaco, de una nueva versión de «El lago de los cisnes», una creación coreográfica de Jean-Christophe Maillot, acompañado de la Orquesta filarmónica de Monte-Carlo.

Alberto II desea «liberar» al principado de su imagen de «ultra lujo». Y cada año, por San Silvestre, suele aportar una nota popular. Este año, hay varias notas… está prevista una gran fiesta el día 20, para acompañar al equipo de fútbol nacional, que se enfrenta al equipo de Clermont-Ferrand. Y para recibir el 2012, se espera a Alberto y Charlene en una fiesta —con baño incluido— en la bahía monegasca.

Vía: ABC.es
Imagen: Mercadillos Navidad

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