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Mónaco ofrece gran cantidad de atracciones para visitar. Pasando por las laberínticas calles monegascas, con sus tiendas de souvenirs, llegamos al Palacio Real, donde se puede ver el cambio de guardia.

Una vez dentro del Palacio, podemos acceder también al Museo de Napoleón con el mismo ticket. Saliendo de allí, la imponente Catedral, que guarda los restos de Rainiero y de la Princesa Grace.

A pocos minutos, el Museo Oceanográfico conserva en su interior un esqueleto completo de una ballena de 90 pies. También tiene un estanque con tiburones y gran cantidad de tortugas. Ineludible pasar por el Casino a tentar suerte y disfrutar de sus jardines y terrazas, además de contemplar su fascinante fachada.

Una comida cuesta alrededor de sesenta y cinco euros, pero si llegó hasta allí esto no debería sorprenderlo. Saliendo del Casino, el Café de París, es el mejor lugar para “ver y dejarse ver”. Con su estilo Art-Nouveau y sus exclusivos mozos es uno de los lugares imperdibles para tomar un buen café mientras se ven pasar lujosos Bentleys. Entre los suntuosos hoteles, el Hotel de París destaca por su ornamentación y encanto.

Para el que ama la ópera y la música clásica, la orquesta filarmónica de Mónaco es una interesante alternativa. El Gran Premio de la capital monegasca atrae turismo de todo el mundo en su serpenteante circuito callejero. La accesibilidad al Principado es enorme (avión, tren, automóvil).

Una posibilidad interesante es la de los Cruceros. Estas enormes naves anclan en el viejo puerto de Hércules – a lo largo del nuevo muelle-. Luego, un taxi y a disfrutar del lujo y la sofisticación!.

Vía: Visit Monaco
Imagen: Ven a mi mundo

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