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Está claro que Carolina de Mónaco no puede ser una abuela como cualquier otra, y de hecho, se la ha visto sumamente radiante, a su estilo, en las últimas semanas tras el nacimiento del heredero de Tatiana Santo Domingo y Andrea Casiraghi, su hijo mayor, que le ha convertido en esa condición por primera vez.

De este modo, la princesa de Hannover no puede ocultar su felicidad en los distintos eventos a los que ha asistido recientemente, haciendo de la elegancia uno de los atributos fundamentales para esta nueva etapa de su vida, en la que como siempre, vive yendo de Mónaco a Londres y viceversa, a fin de visitar a su primer nieto, Sacha.

Además, en esta última ocasión, Carolina aprovechó para viajar hacia Inglaterra junto con Alexandra de Hannover, su hija más pequeña, la tía que todavía no conocía personalmente a su sobrino, quien ya es el tercer heredero al trono, después de la propia Carolina y de su hijo Andrea, por lo que todas las miradas estarán puestas en su crecimiento.

Lo interesante del caso, es que más allá de haber cambiado su posición familiar, en los últimos días Carolina ha demostrado que no cambia su facilidad para adaptarse a las últimas tenencias, y por eso se la ha podido observar vestida de muchísimas formas distintas, y siempre con la misma elegancia que ha caracterizado su vida.

Vía: La Región
Imagen: Hola

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