Alberto II, príncipe de Mónaco, ha celebrado en las últimas horas su cumpleaños número 55, en medio de una serie de festejos íntimos con la familia real, sobre todo junto a su esposa, la princesa Charlène con la que viajó a una isla de la Micronesia, resaltando para la prensa internacional el primer aporte de su nuevo lujo, una especie de regalo que se hizo.
Concretamente, se trata de su nuevo avión personal e institucional, un Falcon FX, el cual presentamos hace algunos días, y que llama la atención incluso de los especialistas en la materia, por haber sido desarrollado particularmente por el equipo de la firma “Dassault”, para permitirle realizar viajes de forma directa, sin escalas, entre Mónaco y Tokio, o Los Ángeles.
Hay que destacar, en este mismo sentido, que verdaderamente los festejos por el nuevo aniversario de nacimiento del príncipe comenzaron hace algunos días, cuando él mismo se encargó de tomar posesión de este avión, en compañía de Charlene, como siempre, pero además junto a su hijo Pierre, que no se quiso perder la ocasión.
Para ello, se dispuso que el príncipe cuente con una de las dependencias privadas del aeropuerto de Niza, donde se especula que el avión podría quedar alojado mientras no vaya a ser utilizado. “Este avión, adaptado especialmente a las últimas normas sonoras y en materia de medio ambiente, será para mi y para mi familia un útil precioso para cumplir mi tarea de jefe de Estado”, declaró Alberto II al respecto.