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Charles Garnier, el arquitecto de la Ópera de París, construyó el Casino de Mónaco en 1878, pero claro que en aquel momento no tenía ni idea de que con el paso del tiempo se iba a convertir en uno de los espacios para juegos de azar más espectaculares del mundo, con sus magníficas 28 columnas jónicas en ónix, dentro de las cuales además se llevan a cabo una enorme cantidad de eventos culturales a nivel local.

Con el increíble «Salle Garnier», que está decorado en rojo y oro, con una profusión de bajorrelieves, frescos y esculturas que no se hallan en ninguna otra parte del planeta, se trata de un espacio que además es famoso porque allí se desarrollan actuaciones internacionales de ópera, ballet y conciertos de personajes reconocidos en todo el planeta.

Luego sí, vamos a lo que probablemente más te interese, y que tiene que ver sobre todo con las famosas salas de juego que podemos encontrarnos en este recinto, y que comprenden una sucesión de numerosas habitaciones con vidrieras de colores, decoraciones admirables y esculturas, pinturas alegóricas y lámparas de bronce.

Hay que considerar que el Casino de Mónaco se encuentra abierto todos los días del año, aunque tenemos que identificarnos en la puerta con la documentación necesaria, acreditando que poseemos más de 18 años. Si quieres realizar la visita de turista por sus otros salones, la misma tarda alrededor de media hora, y se puede solicitar en su propia puerta.

Vía: Office of Tourism
Imagen: Wikipedia

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